martes, septiembre 09, 2008
GUÍA PRÁCTICA PARA VOLVERSE INVISIBLE.
Si uno se va temprano del trabajo es un criminal. Si uno llega tarde al trabajo, es dos veces más criminal. Si uno se va tarde de la oficina es invisible.
Aunque creo tener una fórmula de invisibilidad mucho más práctica y entretenida y se las voy a contar, espero tomen nota y no omitan detalles.
Primera lección: No sean tiernos.
Es decir, no sean lindos, no se valgan de sonrisitas y de complicidades hipócritas para alcanzar lo que quieran. La idea es que no se dejen ver ese lado rosadito y que no se vuelvan reconocidos por la amabilidad y la galantería.
Segunda lección: No levanten tanto la mano.
Traducción, no intenten impresionar utilizando el mismo termino rebuscado para todo, ese termino que no suelen usar a diario, ese que sólo sacan en reuniones y en el trabajo para ganar puntos. Descrestar no es el camino, adoptar posiciones que no nos corresponden, menos.
Tercera lección: No saluden por el nombre a esos que tampoco los saludan a ustedes por el nombre.
Sí, así se sepan el nombre del mequetrefe, no se lo digan. Traten de pasar inadvertidos, un '¿qué hubo? o un '¿entonces qué?' bastan y díganselo rápido, no enfaticen, no sean expresivos y mucho menos amables.
Cuarta lección: No apoyen las causas de los que no conocen.
Mejor dicho, no le compren boletas de rifas a esos con los que nunca han cruzado media palabra. No vayan a la fiesta de alguien que a duras penas reconocen, sólo porque todo el mundo va a ir. No feliciten a alguien que no sea de confianza.
Quinta lección: No hablen más de lo debido.
Sexta lección: No acudan a las áreas comunes.
Dejen de buscar afiliación, eso es primordial en el camino de la invisibilidad. No se paren donde están parados todos. No fumen en el mismo sitio, no den pie para conversaciones. Dejen de fijarse en el momento exacto en que todos hacen un break, escojan otro. Muévanse de un lado a otro rápidamente, traten de no escuchar.
Séptima lección: No hablen cosas populares.
No más el tema de moda, no más charlas sobre automovilismo, los olímpicos, partidos de fútbol, reelecciones de presidentes y todas esas cosas aburridoras. hablen sólo con los de su especie, en otras palabras, con esos que con los que se entienden perfectamente.
Octava lección: No corran al ritmo de los demás.
Vayan a su propio ritmo, no anden detrás de los otros para quedar bien, corran para ustedes, contra ustedes, demuestrense cosas a si mismos, a los demás no hay que mostrarles ni demostrarles nada, acordémonos de nuestro deseo de ser efectivamente invisibles.
Novena lección: No sean políticos.
Sean dignos, respetense. Dejen de repartir tantas palmaditas en esta vida y también dejen de saberse el nombre de todos y de apretar la mano cuando les presentan a alguien, sólo porque alguna vez sus papás les enseñaron que ese era un símbolo de confiabilidad y hasta de virilidad. No más llamadas a felicitar al que sea por cualquier cosa ni tampoco esos almuerzos interminables en los que más que el estómago sale alimentado el ego.
Décima lección: No tengan un blog.
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