lunes, agosto 02, 2010
¡No me tiente!
Es difícil llegar al cambio. Convertirte en un nuevo personaje -mejorado-renovado- es bastante complejo. Siempre elegiremos lo peor, por lo menos yo. Lo que más daño haga, lo autodestructivo eso es lo que me guardaré en el bolsillo.
La voluntad está acostumbrada a perder cualquier batalla como también a ser doblegada por la mil veces campeona mundial: Tentación, y es que ese esquemita de que lo prohibido es lo que más nos gusta, es una verdad absoluta que nos persigue, nos engaña y al final nos atormenta.
Lo más audaz de la tentación es que sea cómo sea terminará atrapándonos y absorbiéndonos.
Seguro en repetidas ocasiones nos hemos propuesto a esquivarla pero ella siempre sabrá filtrarse con alguna muy bien pensada treta. La tentación es una perra sucia y desalmada que aspira millones de líneas y que se mueve frenéticamente pretendiendo cortarnos la garganta, es capaz de idiotizarnos y desvelarnos, su poder excede los límites de la cordura por eso nos manipula y humilla, y nos hace recluir en cualquier asilo de baldosas blancas con sangre seca de hace años. También es diestra en camuflarse en medio de las pesadillas y los sueños incoherentes, sobre todo cuando hay en frente un computador con una degenerada red social abierta. Coger ventaja es una de sus cualidades más destacadas pues nunca la veremos atrás por eso mismo deberíamos armarnos con una bazooka de esas que venden en Irán para dispararle y destrozarla, aunque lo veo casi imposible, pero puede hacerle algo, algo tendrá que joderla. Es que la desgraciada es muy amiga del fracaso y por lo general después de habernos revolcado y de habernos molido a palo nos pasará a las garras de éste último para que haga lo que sabe hacer y luego, seguro sólo tendremos un camino queramos o no, y es el del caos.
Pensar es de las pocas cosas que quedan por probar en la posición geográfica que nos conecta con la lujuria o encomendarse a dios o simplemente hacer yoga y obtener control o correr como Forrest Gump o lanzarnos por un abismo primaveral y partirnos el cráneo y quedar en la inconsciencia perpetua.
Somos unos putos seres humanos y eso hay que asumirlo, como se asume una cacofónica tonada intento de punk hecha en las calles de Medallo City o un café sin azúcar o una salida de esas en la que invitamos a cine y a comer, y no recibimos ni una pizca de sexo a cambio.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Sabiamente dijo @albertomontt: Cierra tu puerta a la tentación... pero asegúrate de dejar la ventana abierta por si las moscas.
Por eso es mejor que no lo inviten a uno.
Pagar la propia boleta, la mitad de la comida y así luego no le están reclamando nada.
Publicar un comentario