lunes, octubre 18, 2010
La primera y última vez.
Su cabeza estalló en milones de pedazos por todo el café, de inmediato el lugar quedó vacío y sólo permanecieron allí a medio empezar algunos platos con panecillos y huevos revueltos, como también jugos de naranja y tazas de café. Por algunos segundos quedé sordo, era mi primera vez, por lo tanto, mis manos no consiguieron ocultar la tembladera producida por los nervios, mi mente se bloqueó y solo dejó escapar la idea de quedarme a observar el reguero de sesos que demostraban el cumplimiento de mi encargo laboral. Estaba congelado frente al cuerpo, mis zapatos manchados con sangre y una camarera estupefacta veía mi obra a través del salpicado espejo. Quería salir corriendo como Forrest Gump para no detenerme nunca pero a la vez sentía la necesidad de llamar a quienes me contrataron y mostrarles de lo qué estaba hecho aunque las baldosas me habían atrapado y mi espalda se derretía en sudor. Mi ojo izquierdo entró en shock y se vio invadido por un incesante tic, finalmente no pude controlar nada, ni siquiera los esfínteres mientras las baldosas continuaban con mucha determinación devorando mis pies y mis piernas, progresivamente me sentía desmenuzado. El revolver me abandonó y fue a dar a lo más profundo de la garganta de las baldosas, a lo lejos se alcanzaban a escuchar las sirenas de la policía y de las ambulancias pero para cuando llegaran yo ya estaría sepultado entre las hambrientas baldosas e inmerso en el espeso caldo de sesos de esa cabeza que nunca debí tocar.
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3 comentarios:
Buen ritmo.
Saludos desde http://triego.wordpress.com/
Hey muchas gracias. Me pasearé por http://triego.wordpress.com/
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